Me
perdí viajando en una canción,
como
siempre olvidé donde parar.
El
alma que nunca tuve quiso invadirme
Me
engañó, se aprovechó de mi vulnerabilidad.
Me
llevó por donde quiso,
hasta
las lágrimas no pensaba parar.
Me
engatuzó con esa melodía,
Y
me mostró que no era más que una mortal
Llegué
a jurar que estaba arrepentida.
Me
entregué hasta las venas,
Hipnotizada
repetí esos versos,
Consagré
a ese momento todo mi universo
Pero
cuando lo único que quería
era
una estrofa más
la
música cesó, y mi alma riendo
y
burlándose de mí, se escapó.
Tres
minutos y segundos,
cuatro
acordes y algo más,
fue
todo lo que mi alma necesitó para engañarme
Y hacerme creer que estaba ahí , que era real
Entonces si estaba
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